Nos hemos bajado a la terraza a refrescarnos después de la medianoche, aunque no corre ni una gota de viento y, a pesar de que Igone trabaja mañana, se ha traído su portátil a curiosear por los foros de Ucrania. En este ambiente relajado donde sólo se oyen coches en la distancia, algún vecino trasnochador y grillos, ella me va contando anécdotas e historias de nuestros compañeros de fatigas (ya en Ucrania, ya en España), que la verdad son poco halagüeñas...Da la sensación de que sólo lo malo se cuenta.
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Al final llegamos a la conclusión de que no se sabe qué suerte vamos a correr por allí cuando nos toque. Leemos casos de padres que van por su cuarta cita, cambios en la Ley rechazando a los adoptantes monoparentales, limitaciones de edad a los 45 años, citas fracasadas con niños muy enfermos, listillos que quieren hacer su "agosto" a costa del bolsillo de padres que aún no lo son, facilitadores sufridos y esperanzas cumplidas y no cumplidas. Esto es una aventura en toda regla y aquí nadie sabe cómo te va a ir.
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Las tres "pes" que decíamos el otro día: Paciencia, papeles, y "pasta" (y mucho de todo).