domingo, 22 de febrero de 2009

Que conste que escribo bajo "coacción"

Igone me ha puesto el ordenador delante sin más alternativa que relatar nuestras últimas experiencias. Sí o sí. No obstante, y a pesar de mis reticencias acerca de escribir sobre renovar documentación desesperadamente y sobre todo de solicitar nuevos informes y certificados, sobre los que nadie parecía saber nada, ni es nada interesante, no me han servido de nada. Porque como decía mi viejo camarada de armas "cuando tu mujer te diga que te tires por un puente...vete buscando paracaídas".

Y digo arriba "desesperadamente" ya que queríamos que todo hubiera estado en Ucrania listo y traducido antes de la apertura de las ventanillas del Departamento de Adopciones de Kiev el día dos de febrero. Pero nos ha pasado como al burro con la zanahoria...cuando pensábamos que ya estaba todo, de repente...¡nuevas normas!; y cuando el primer obstáculo estaba sorteado surgió otra normas más y luego otra y luego otra más...

¡Qué te voy a contar, amigo lector! ¡Sufridor de colas eternas, paciente entre pacientes, implorador de ventanillas oficiales, recolector de mil y un documentos! ¡Qué poco reconfortante e interminable esfuerzo para tener tan poco que contar a tus amigos y parientes, que tiempo ha se aburrieron de preguntarte "¿pero y cuándo te dan los niños?".

Ni que decir tiene que ha sido literalmente imposible tener nuestro legajo para la fecha que nos marcamos. Quizá esté todo un mes más tarde, porque de los últimos papeles solicitados a la CAM (certificado de acreditación de los psicólogos y trabajadores sociales y de aceptación de niños con enfermedades recuperables) no sabemos nada. Parece que el personal de la Comunidad de Madrid está saturado con "tanto burro y tanta zanahoria".

¿Me habrá levantado Igone ya el castigo y me podré levantar?