sábado, 10 de enero de 2009

Horrorosamente...



...me aburro. Espectacularmente. Inauditamente. Estrepitosamente. Jamás me he aburrido tanto en mi vida (bueno, ahora sí que exagero un poco...). Me refiero de todas maneras a la inactividad que se respira en los círculos de adopción. Sin noticias de Kiev, sin noticias de nuestra facilitadora, sin noticias de nada...nada, "niente", "gar nichts", "nothing", "rien de rien", cero...

Como digo, ni Mila Gerasimenko (nuestra mujer en Kiev) da señales de vida. Me empiezo a preocupar ya que no responde a correos. ¿Será por el problema del gas ruso?

Tanto es el tedio que ya se me ha olvidado de qué he de escribir en este cuaderno de bitácora. Desde luego de adopciones no, que no hay nada que decir y de los foros nejor ni mentar cosa alguna.

He aquí unas fotos de la nevada copiosa de ayer en Alcalá de Henares. No es que fuera algo del otro mundo, pero en esta "piel de toro", donde todo lo que no sea sol y moscas es un notición, el hecho de que casi en todo el día de ayer no parara de nevar le hace a uno pensar que ya está en Kiev o en algún orfanato de la Ucrania más profunda.

Aquí hay quien disfruta de la nieve como un chaval y quien no para de quejarse: que si la imprevisión de las autoridades, la falta de información, la escasez de medios...Lo de simepre cuando el solazo de España deja de salir por unas horas y por consiguiente se colapsa medio pais. Y es que es la idiosincrasia nuestra: la de quejarse de lo mal que lo hacen los demás, de la de exigir siempre lo que nos corresponde, la de chillar mucho porque si no no nos hacen caso, la de la improvisación, la de que los problemas de mañana los capee el que venga y qué sé yo.

Decía un amigo mio que si un día estabas en cualquier sitio de este mundo y veías a un señor bajito, vestido de negro, calvo y cabreado, es que era español. Mientras tanto los políticos se tiran los trastos a la cabeza para culparse ante la opinión pública, pero camiones quitanieves en el aeropuerto de Barajas, lo que se dice "camiones", sólo hay uno. ¿Y crees, amigo lector que después de lo de ayer, van a comprar más?

Me pilló en Murcia la famosa gota fría que cayó en el 87 (?), cuando media provincia acabó arrastrada a las aguas del Mar Menor. ¿Se dejó de construir casas en las ramblas por donde fluyeron rabiosamente las riadas que se llevaron coches hasta el mar? No que yo sepa. Pero claro, para una vez que ocurre tal desgracia cada cinco años, que apeche el próximo alcalde, que yo que soy el de ahora voy a seguir concediendo licencias de construción para que mis amiguetes edifiquen magníficos adosados. Desconfía por lo tanto, amigo lector, si a la costa murciana vas, de habitar en morada alguna que no esté equipada con chalecos salvavidas.

En fin, que me aburro horrorosamente...

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